Esto es un hecho histórico para las organizaciones sociales campesinas y para la comunidad sumapaceña, quienes durante 11 años lucharon para llegar a la aprobación de las Zonas de Reserva Campesina, como iniciativas agrarias que contribuyen a la construcción de paz y a la garantía de los derechos políticos, económicos, sociales y culturales de los campesinos y campesinas, tal y como lo expresa parte del acuerdo “Por el cual se constituye y delimita la Zona de Reserva Campesina de Sumapaz, localizada en la localidad 20 de la ciudad de Bogotá DC.”
Dentro de la historia de Sumapaz, han existido líderes que representaron la lucha campesina, como Juan de la Cruz Varela, quien fue uno de los referentes para el campesinado de Colombia en el siglo XX, lideró actividades sociales e importantes reivindicaciones territoriales. Hoy en nuestra localidad, el Instituto Educativo Distrital Juan de la Cruz Varela de Sumapaz, hace homenaje en su memoria. Gracias a su legado, las sumapaceñas y sumapaceños, en conjunto con organizaciones sindicales como (SINTRAPAZ), se han mantenido fuertes en las decisiones que hoy permiten la dignificación del territorio.
El gobierno central, en concertación con las comunidades, promueve el acceso a la tierra y planifica su uso en la Reserva Campesina, además, de acuerdo a los principios de bienestar y buen vivir, se tiene en cuenta la voz y participación campesina en las reformas rurales esenciales, para apoyar efectivamente los planes de desarrollo regional organizados y estructurados, y lograr el objetivo de promover la economía campesina, proteger los límites agrícolas, contribuir a la producción de alimentos y protección del páramo.
La aprobación de la ZRC, es una decisión fundamental que dignifica a nuestros campesinos, ya que se establecen hechos concretos para garantizar su desarrollo económico sostenible, y la reconversión de procesos de agricultura con medidas de mitigación y protección acordes con el territorio, no solo el cuidado del mismo sino también el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades rurales.
El alcalde local, Sebastián Saldarriaga Rivera, ratifica su compromiso con las iniciativas que promueven la paz total: “En la Bogotá que estamos construyendo, con el plan de desarrollo: un nuevo contrato social y ambiental para la Bogotá del siglo XIX, es una ciudad amigable con el medio ambiente, que protege los derechos humanos, que avanza hacia el desarrollo productivo y está articulada con las regiones, el cuidado del agua, la protección del páramo más grande del mundo y la biodiversidad, al tiempo que posiciona a Bogotá como un epicentro de paz y reconciliación del país, estas acciones nos permitirán continuar trabajando para que Sumapaz construya dignidad”.
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